Basado en una visión global de la persona, el término psicomotricidad integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial. La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad.
A través del juego los niños y niñas se expresan libremente. Proponemos un enfoque basado en la educación vivenciada en la que el movimiento sea un medio de aprendizaje.
Se trata de que el niño viva con placer las acciones que desarrolla mediante el juego libre o dirigido. Esto se logra en un espacio habilitado especialmente para ello; en el que el niño puede ser él mismo (experimentarse, valerse, conocerse, sentirse, mostrarse, decirse, etc.) aceptando unas mínimas normas que ayudarán a su desarrollo cognitivo y motriz en un ambiente seguro para él y sus compañeros.
En la práctica psicomotriz se tratan el cuerpo, las emociones, el pensamiento y los conflictos psicológicos, todo ello a través de las acciones de los niños: de sus juegos, de sus construcciones, simbolizaciones y de la forma especial de cada uno de relacionarse con los objetos y con los otros. Con las sesiones de psicomotricidad se pretende que el niño llegue a gestionar de forma autónoma sus acciones de relación en una transformación del placer de hacer al placer de pensar.
Y dicho esto...empezamos con la clase..¿preparados? ¿listos? ¡YAAAA!
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